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Polos de Bienestar y Política Industrial

José Nery Pérez Trujillo | Estado, Mercado y Sociedad
El 22 de mayo de 2025 el Gobierno Federal dio a conocer el inicio de operaciones del programa de Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar. Este programa establece el otorgamiento de diversos incentivos para quienes inviertan en estos Polos: deducción inmediata de inversiones de activos fijos hasta el 100%; y, deducción adicional en inversión de capacitación e innovación hasta el 25%. Además, se prevén concesiones de predios de propiedad de los gobiernos federal, estatales y municipales para apoyar estas inversiones.
El lanzamiento de este programa representa una excelente noticia para la economía mexicana y la generación de empleo, dos áreas que actualmente enfrentan tendencias negativas. Existen claros ejemplos de países que adoptaron medidas correctas dentro de sus políticas industriales, logrando desarrollar sectores productivos completos y alcanzar posiciones líderes en el mercado global. Así es el caso de los tigres asiáticos —Corea del Sur, Singapur, Malasia, Indonesia y Tailandia—, que lograron tasas de crecimiento económico superiores al 7 % anual entre 1960 y 1990.
En México también existen registros de políticas industriales exitosas. Por ejemplo, el Banco de Avío, uno de los primeros bancos de desarrollo en el mundo fundado alrededor de 1830, que apoyó principalmente al sector textil y a las industrias del algodón y la lana, a fábricas de papel, a la producción de seda y a la fundición de hierro. Otro ejemplo se dio durante el Desarrollo Estabilizador, donde Nafinsa respaldó industrias estratégicas como la siderúrgica, cementera, eléctrica, de fertilizantes y metalmecánica. Estas políticas industriales impulsaron el proceso de industrialización y fortalecieron sectores fundamentales para el crecimiento económico nacional.
Sin embargo, el mundo ha cambiado sustancialmente desde entonces. Hoy, las industrias incorporan inteligencia artificial en sus procesos de producción, conviven con una guerra de aranceles y disfrutan de una logística que acerca mercados; sin embargo, estos se ven cada vez más distanciados por el proteccionismo y las políticas mercantilistas. Además, los métodos de producción son cada vez más dinámicos y los escenarios más inciertos, lo que demanda estrategias innovadoras y profundas para insertarse con éxito en la economía mundial.
Por ello, se celebra el resurgimiento de la política industrial que, tras siete años de ostracismo y nulidad, reclama su resurgimiento. No obstante, la ceración de los Polos de Desarrollo en el papel no será suficiente. Para que tenga éxito verdadero, es imprescindible desarrollar políticas públicas inteligentes y robustas en otros ámbitos clave como: el sector energético, la regulación de mercado y la seguridad pública.
De esta manera, se requiere el desarrollo de una estrategia integral que incentive la inversión en el sector eléctrico, atendiendo especialmente a las deficiencias en generación y transmisión. La falta de capital en el sector ha limitado hasta ahora la construcción de nuevas centrales y la modernización de la red, lo que se traduce en un suministro energético inestable y costoso.
Asimismo, es fundamental contar con una regulación de mercado estable, coherente y oportuna que garantice la seguridad jurídica y promueva la competencia. La aplicación de normas fragmentadas y excesivamente politizadas genera incertidumbre tanto en inversionistas como en agentes económicos, creando asimetrías que favorecen a ciertos actores en detrimento de un mercado verdaderamente competitivo.
Finalmente, es indispensable combatir la significativa presencia de organizaciones criminales que actúan con casi total autonomía. La ineficacia de las estrategias de seguridad, combinada con la persistencia de la corrupción y la impunidad, impide una respuesta estatal coordinada y efectiva. Este clima de inseguridad, a su vez, desincentiva la inversión y obstaculiza el desarrollo económico al alejar a inversionistas tanto locales como extranjeros.
En suma, la creación de los Polos de Desarrollo Económico resulta prometedora para quienes anhelan un crecimiento que se traduzca en empleos con remuneraciones dignas. Sin embargo, este avance deberá ir acompañado de políticas públicas integrales que establezcan una estructura basada en la certidumbre jurídica, la disponibilidad de insumos y unas reglas del juego equitativas, fundamentales para que todos prosperen.